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ahorra tinta de la impresora cambiando la letra

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El tema del gasto de tinta de las impresoras, no es nuevo; pero lamentablemente tampoco se ha alivianado.
 
Se estima sólo que en la EEUU por este concepto se gasta la cantidad de 467 millones de dólares ( compra de cartuchos), y un posible cambio de letra permite ahorros sustanciales de cerca del 30%.
 
El punto es que aparte de los programas que sirven para ahorrar tinta, siempre hay alternativas prácticas que permiten ahorrar en gasto de tinta. Una alternativa es cambiar el tipo de letra, y para ello la letra tipo Garamond es una alternativa bastante víable.
 
En la práctica se ve que este tipo de letra posee un trazo mas " delgado", que se traduce en un menor gasto. La prueba la puedes hacer utilizando un procesador de texto como Word , y fijando un determinado tamaño de letra , ir cambiando la tipografía; y se observa que Garamond tiene el trazo mas fino; que por ejemplo los tipos de letras más conocidos: Times New Roman o Arial o Courier.
 
El problema que este tipo de letras es el que más se utiliza para documentos formales que necesitan ser impresos: documentos públicos, documentos del estado o memos o tesis universitarias.
 
Quizás es en el ámbito universitario , es donde se deben dar las mejores señales , promoviendo el ahorro de recursos , poniendo a este tipo de letra como obligatorio. 
 
 

Experencia impresora HP Deskjet 1000

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La verdad que por motivos en la Universidad y en el trabajo, siempre he necesitado de impresoras, desde 1995 cuando un equipo compaq con windows 3.11 , y he utilizado una HP deskjet 520. Luego por allá por el 2003 , fue necesario renovarla por una Epson 42UX , y tambien tuve una Lexmark X7; pero dada la renovación tecnológica, hubo que cambiarla a una multifuncional Epson TX135. 
Al principio todo bien y me parecía lo mejor del mundo, muy rápida , y con varios modos de impresion, inclusive el buscado borrador, con el que se consume muy poca tinta. Sin embargo el equipo tiene la mania de limpiar los inyectores muy de seguido con lo que el consumo de tinta se iba al traste, por lo que siempre estaba imprimiendo 100 hojas por cartucho , sea cual sea el modo a usar , lo que a las claras era una restricción por software del fabricante epson para así aumentar el consumo de tinta.

Es por eso que en esas promociones de PcFactory decidí comprar una impresora económica de la competencia, una Hp 1000, que me ha dejado maravillado.

Y es que siendo tan básica , hasta el momento no me ha defraudado. Si bien no tiene un modo borrador ultraeconómico, su modo economico, permite excelentes impresiones, sin el molesto mensaje a las 40 hojas de que se debe realizar una limpieza de cabezales. De hecho ya llevo mas de 100 impresiones con los cartuchos originales ( que no tienen la totalidad de la tinta de los cartuchos normales, al ser una muestra), y aun no tengo siquiera el molesto mensaje que persigue a las epson en todos sus modelos.

De hecho creo que es una de las buenas compras que he realizado, dado el precio y la calidad entregada (12.000 pesos chilenos, unos 24 USD aproximadamente).

Así que si alguien está titubeando entre comprar una epson o una Hp, no dudaría en aconsejarlos en que usen Hp , y en particular este modelo.

Quien invento el codigo de barras

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Las filas en las cajas de los supermercados están probablemente en el podio de los momentos más odiables del mes (o quincena, o semana, o día). Pero siempre solemos olvidarnos de que hace 20 o 30 años cada producto tenía pegado su precio y eran las propias cajeras las que tenían que introducir en la máquina registradora el valor de cada uno de los cientos de productos que llevábamos. Ahí sí que la espera en la cola podía ser eterna.

Pero desde entonces existe el código de barras y ya al menos tienes cierta certeza de que si vas a llevar una caja de helados para ver el final de la telenovela, éste no llegará derretido ni te perderás el dichoso capítulo.

Pero seguramente en algún momento te preguntaste de dónde salió esa serie de rayitas negras que está presente en cualquier producto (y también cuál es el real papel que tuvo IBM en todo esto).

Acá revisamos entonces la historia del código de barras:

La inquietud nace desde la propia gente que administra supermercados. Más que por los clientes, por mantener registro de sus inventarios. Con el paso del tiempo, las estanterías fueron aumentando y ya se hacía imperioso algo que simplificara los procesos y no tener que cerrar sus puertas un día entero para ver cuántas latas, paquetes y bolsas de cada producto iban quedando.

El primer acercamiento fueron las tarjetas perforadas que se utilizaron por primera vez en el censo estadounidense de 1890, y no fue hasta 1932 que un estudiante de negocios llamado Wallace Flint hizo su tesis de master donde imaginaba una tarjeta donde los clientes perforaban sus elecciones de compra que luego ingresarían en un lector en la caja para luego ir llegando por una cinta transportadora y mantener registro. Lamentablemente la idea era demasiado aparatosa y no era económicamente viable, menos en medio de la Gran Depresión.

El factor Silver-Woodland

En 1948, el estudiante de posgrado Bernard Silver escuchó en Filadelfia al dueño de una cadena de alimentos sobre su necesidad de capturar la información de los productos de manera automática en las cajas. Se la comentó a su amigo Norman Joseph Woodland y se fascinaron con el desafío y desarrollaron un sistema de patrones de tinta detectables bajo luz ultravioleta, pero no prosperó.

Woodland continuó solo y tras varios meses de trabajo, logró un código de barras lineales, basado en el código Morse y las bandas sonoras de películas. Extendió los puntos y rayas para hacer barras delgadas y gruesas, y para leer la información utilizó el sistema de sonido de Lee de Forest, que imprimía un patrón de grados de transparencia variable en el borde de la película y a través de un tubo. Luego, con luz convertía los cambios de brillo en ondas y éstas en sonido.


Código de círculos concéntricos

Aquí comenzó el proceso de patentado y resolvió cambiar las barras por círculos concéntricos para que pudieran ser leídos en cualquier posición. Paralelamente, Silver había seguido con su investigación y juntos presentaron una solicitud de patente el 20 de octubre de 1949, para ambos patrones (circular y lineal) y bajo el nombre de “Aparato y método de clasificación”.

La patente estadounidense fue otorgada el 7 de octubre de 1952 (con el código 2.612.994) y para entonces Woodland había entrado a trabajar en IBM y les intentó convencer reiteradamente de producir el sistema. La compañía lo estudió y lo encontró interesante y viable, pero dijo que aún no se contaba con los equipos para procesar los resultados. Así, fue Philco quien en definitiva adquirió la patente y se la vendió el mismo año a RCA.

Lamentablemente, Silver murió en un accidente de tránsito en 1963 y no pudo observar el posterior éxito de su trabajo.

Collins y los ferrocarriles

Durante los ’50, David Collins estudiaba en el MIT y trabajó en ferroviaria Pennsylvania Railroad y entendió la necesidad de rotular e identificar los vagones de manera automática. Al terminar su master entró a trabajar a GTE Sylvania y desarrolló el KarTrak; un sistema de franjas refractivas por el costado de los vagones que codificaba un número identificador de diez dígitos. El sistema fue probado en Boston y Maine entre 1961 y 1967, pero cuando consiguió convertirse en el estándar para todo el país, la crisis económica generó una oleada de quiebras a inicios de los ’70 y finalmente desechó el formato a fines de la misma década, ya que más encima había problemas de lectura al cubrirse con tierra. Así, fracasó la relación ferroviaria.

Por estos días, Collins había renunciado a Sylvania para crear Computer Identics Corporation, que implementó láseres de helio-neón (en lugar de ampolletas) y espejos para ubicar el código de barras en cualquier punto y a distancia considerable del escáner. Esto hizo el sistema mucho más simple y confiable, además que permitía leer códigos dañados si había partes aún buenas.

Computer Identics instaló con éxito su sistema durante el segundo semestre de 1969 en una fábrica de General Motors de Michigan y en un centro de distribución de General Trading Company en Nueva Jersey.

IBM le gana el “quién vive” a RCA

Con los derechos de la patente en sus manos, RCA fue convocada en 1966 a una reunión de la Asociación Nacional de Cadenas de Comida (NAFC) ante la necesidad de implementar un sistema automatizado de caja. La compañía de electrodomésticos comenzó a trabajar en un proyecto interno basado en el código de círculos de Woodland y la cadena de supermercados Kroger se ofreció para probarlo.

A mediados de 1970, la NAFC creó un comité para definir los lineamientos del desarrollo del código y estandarizarlo. Establecieron uno de 11 dígitos y abrieron una licitación para desarrollar el sistema de impresión y lectura de códigos. Entre las convocadas estaban RCA e IBM.

En 1971, RCA realizó una demostración de su código circular en una reunión de la industria y había ejecutivos de IBM presentes y comenzaron a desarrollar su propio sistema en instalaciones creadas en Carolina del Norte especialmente para esta carrera. A mediados del año siguiente, RCA inició sus pruebas en Kroger (con autoadhesivos pegados uno por uno en los productos), pero sufrieron graves problemas de impresión por la forma redondeada, mientras que el lineal que estaba trabajando Woodland en IBM se hizo mucho más sencillo de imprimir y en 1973 la NAFC lo seleccionó como su estándar, ofreciendo cinco versiones distintas para las diferentes necesidades de la industria (UPC A, B, C, D y E). Las pruebas se realizaron en un supermercado Marsh de Ohio (cercano a la fábrica dispuesta por IBM para el producto) y el 26 de junio de 1974 a las 8:01 de la mañana, un tal Clyde Dawson llevó un paquete de goma de mascar Wrigley’s que fue escaneado por la cajera Sharon Buchanan. El paquete y la boleta hoy están en el Smithsonian como recuerdo de la primera aparición del Código Universal de Productos.

Pero a partir de entonces, tampoco fue sencilla su implementación definitiva. El ahorro proyectado por la industria para mediados de la década era de US$40 millones, pero la meta no se cumplió y comenzaron las dudas sobre su utilidad. En 1977 eran menos de 200 almacenes los que habían instaurado los escáneres (principalmente por su alto costo).

Por fortuna, en los locales donde se implementó el sistema se evidenciaron beneficios adicionales, como una mejor respuesta a las necesidades de los clientes. Las ventas comenzaron a aumentar rápido y los costos operacionales también disminuyeron y los ingresos se dispararon en más de un 40%. Así, para 1980 eran 8.000 los establecimientos que adoptaban anualmente el código.

Y así comenzó a masificarse a pasos agigantados hasta los que vemos hoy, donde todo producto viene con su código. Pese a ello (y por si les interesa) Woodland nunca se hizo millonario por su creación que modernizó las compras a nivel mundial. Sí -al menos- recibió el reconocimiento

Hp quiere vender 15 millones de impresoras con WebOS

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Desde que Hp adquirió Palm y su reciente sistema operativo; ha realizado una serie de protoipos y anuncios para darle un uso eficiente a su compra.

Una de ellas es la utiliación de WebOS en impresoras ( lo que significaría que no se necesitaría un Pc para utilizarlas).  

Bajo esa perspectiva se anunció que se venderían 15 millones de ellas el próximo año (2011).

Sin embargo aun queda mucha agua bajo el puente y aun no se sabe si lo predicho dará resultados.

Programa para ahorrar tinta de impresora

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Si quieres ahorrar al máximo la tinta de impresora, sin que en el modo borrador tengas que andar ajustando o calibrando la escritura, entonces la solución que te presento, si que te va a servir.

La aplicación se llama Ink Saver, y es una aplicación que permite que ahorres en costos de tinta de impresora, sin que para ellos bajes la calidad de la impresion, ¿me explico?.

En muchos equipos de impresora  , existe el modo borrador cuando se desea ahorrar tinta; sin embargo el software interno de las impresoras impide que esto se concrete por mucho tiempo, descalibrando la impresion y obligando al usuario a que haga una realibración que al final le consume mucha tinta.

Por esta razon Ink Saver permite que imprimiendo en modo alta calidad, bajes a placer la cantidad de tinta suministrada y así no pierdas tanto en calidad como en tinta
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